La Formación Inicial Del Docente Como Investigador De Su Prá
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Características del producto
Características principales
Título del libro | La formación inicial del docente como investigador de su p |
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Subtítulo del libro | La formación inicial del docente como investigador de su p |
Serie | 9588422428 |
Autor | Fideligno Niño M |
Idioma | Español |
Editorial del libro | Editorial U. de San Buenaventura |
Edición del libro | 2011 |
Tapa del libro | Blanda |
Volumen del libro | 1 |
Con índice | Sí |
Año de publicación | 2011 |
Marca | U. de San Buenaventura |
Modelo | Libro |
Otras características
Cantidad de páginas | 186 |
---|---|
Altura | 17 cm |
Ancho | 24 cm |
Peso | 380 g |
Material de la tapa del libro | Blanda |
Con páginas para colorear | No |
Con realidad aumentada | No |
Traductores | No Aplica |
Género del libro | Ciencias sociales |
Subgéneros del libro | Educación y Pedagogía |
Tipo de narración | No aplica |
Versión del libro | No aplica |
Tamaño del libro | Mediano |
Colección del libro | No Aplica |
Accesorios incluidos | No |
Edad mínima recomendada | 5 años |
Edad máxima recomendada | 99 años |
Escrito en imprenta mayúscula | No |
Cantidad de libros por set | 1 |
ISBN | 9789588422428 |
Descripción
NOMBRE COMPLETO
La formación inicial del docente como investigador de su práctica pedagógica
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INFORMACIÓN ADICIONAL
- Estado: Nuevo
- Editorial: U. de San Buenaventura
- ISBN: 9789588422428
- Autor: Fideligno Niño M
- Año de edición: 2011
- Formato: Libro Impreso
- Idioma: Español
- Páginas: 186
- Peso: 380 gr
- Tamaño: 17 x 24
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DESCRIPCIÓN:
El presente trabajo es fruto de un dilatado proceso de reflexión e investigación realizado por el autor, en distintos contextos educativos e institucionales, tanto de educación secundaria como universitaria. Esta última incluyó especialmente el reto de formar nuevos formadores y de contribuir al perfeccionamiento de quienes ya estaban en ejercicio en nivel medio y superior. Para nadie es secreto que, a pesar de los discursos oficiales y de las proclamas de políticos en campaña, prontos a exaltar la nobleza y la necesidad imprescindible de la profesión de educador, las creencias e imaginarios sociales suelen relegados al puesto de cenicienta de las profesiones casi siempre bajo sospecha de atraso, ineficiencia y autoritarismo.Tampoco es secreto el que nuestra institución escolar que hemos heredado está sumida en honda crisis. Por otra parte, parece que no hay quien sensatamente en estos tiempos de vertiginoso cambio y de ambiguo surgimiento de un mundo globalizado ponga en duda el papel fundamental de la educación y de la profesión docente. Ésta está llamada a cumplir papel protagónico en la construcción de una nueva escuela y una nueva educación que nos haga aptos para aprovechar las enormes posibilidades de progreso y humanización que se abren en esta nueva sociedad planetaria. Pero para que ese protagonismo sea efectivo y afectivo es necesario, entre otras muchas tareas, que nuestras facultades de educación y sus programas de licenciatura se replanteen seriamente los modelos de profesionalidad docente y de su formación inicial que los inspiran. El parcial y modesto aporte que acá pretendemos se orienta justamente a la construcción de un modelo de formación inicial del docente concebido como un intelectual capaz de deliberar e investigar su propia práctica pedagógica con miras a su transformación y mejora en aras del elevamiento de la calidad de la educación de las actuales y venideras generaciones.Tampoco es secreto el que nuestra institución escolar que hemos heredado está sumida en honda crisis. Por otra parte, parece que no hay quien sensatamente en estos tiempos de vertiginoso cambio y de ambiguo surgimiento de un mundo globalizado ponga en duda el papel fundamental de la educación y de la profesión docente. Ésta está llamada a cumplir papel protagónico en la construcción de una nueva escuela y una nueva educación que nos haga aptos para aprovechar las enormes posibilidades de progreso y humanización que se abren en esta nueva sociedad planetaria. Pero para que ese protagonismo sea efectivo y afectivo es necesario, entre otras muchas tareas, que nuestras facultades de educación y sus programas de licenciatura se replanteen seriamente los modelos de profesionalidad docente y de su formación inicial que los inspiran. El parcial y modesto aporte que acá pretendemos se orienta justamente a la construcción de un modelo de formación inicial del docente concebido como un intelectual capaz de deliberar e investigar su propia práctica pedagógica con miras a su transformación y mejora en aras del elevamiento de la calidad de la educación de las actuales y venideras generaciones.Pero para que ese protagonismo sea efectivo y afectivo es necesario, entre otras muchas tareas, que nuestras facultades de educación y sus programas de licenciatura se replanteen seriamente los modelos de profesionalidad docente y de su formación inicial que los inspiran. El parcial y modesto aporte que acá pretendemos se orienta justamente a la construcción de un modelo de formación inicial del docente concebido como un intelectual capaz de deliberar e investigar su propia práctica pedagógica con miras a su transformación y mejora en aras del elevamiento de la calidad de la educación de las actuales y venideras generaciones.
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