J. A. Osorio Lizarazo. Novelas Y Crónicas (Usado)

Descripción

[De la Introducción]
Osorio Lizarazo es la “forma más acabada”, la única, podríamos decir, de nuestra memoria de bogotanos de los años 20 y 30: ejemplo impreciso, precario testimonio, tal vez, de una vida ubicada, por añadidura, en la gestación de lo que hoy llevamos; que, a diferencia de aquella, sigue sucediéndose sin llevar cuenta de su propio curso, pues esa deslucida obra novelística que les la de Osorio sigue siendo entre nosotros singular, ya que nada nuevo hemos dados los bogotanos a la novela. […]

Cuarenta y ocho años han pasado desde que Osorio Lizarazo publicó su primera novela en Bogotá. “La Casa de vecindad” (1930), sin que en verdad los colombianos nos hayamos preocupado demasiado en darle a su ora -20 libros, entre novelas, crónicas y monografías- una ubicación dentro de las letras, pues aún sin reediciones, sin estudios críticos, sin las referencias obligatorias, Osorio continúa en el desconocimiento por no decir que ni siquiera figura en la lista de nuestros novelistas (ni en la de nuestros afectos), como tampoco en la de nuestras mejores crónicas, en donde tiene páginas de irreprochable calidad y en donde este género cobra las calidades literarias que hemos reconocido más tarde en un escritor de la talla de García Márquez, ese otro polo de nuestra personalidad cultural.

[…] Sin entrar a enumerar reseñas y menciones, que tampoco abundan para la obra de Osorio, reo indispensable repasar por primera vez toda la crítica que mereciera su obra a lo largo del tiempo, posponiendo así nuestro propio comentario para dejar ver el escaso eco que iban dejando en sus contemporáneos esta obra singular….

[…] Aquí terminan cuarenta y ocho años de crítica, de mezquino silencio, de voces que con dificultad toleraban la obra de Osorio, de claros ejemplos de una mentalidad que se da la espalda hundiendo todo logro, de una sensibilidad presuntuosa: ¿qué otra cosa puede ser esto, sino nuestra intolerable vocación al aislamiento? No podemos ver nada diferente en el tratamiento que se le ha dado a un excelente novelista y “uno de los periodistas más brillantes de la capital”, que tuvo la obstinación de remover las entrañas de su ciudad, de ver obligadamente en sus profundos nutrientes, fermentados de inclemente desolación.

Todo en Osorio, incluso su resentimiento, es la expresión frontal de unas raíces que aún nos sustentan. Sin embargo, nadie vio en su obra las dimensiones que hoy le otorga Volkening. Nadie comprendió nada e sus escritos. Nadie lo mencionó por años. Y casi nadie creyó en sus visiones. Este es, pues, el resumen de una crítica, infortunada o incapaz, que vio tan poco en donde había tanto que ver, y de cuyo desértico inventario, lleno de superficialidades y equívocos, quedan tan solo unos escasos renglones válidos, que es preciso rescatar…. […]
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El libro está en buen estado. No se encuentra subrayado. Con señales de uso normal
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El ISBN registrado pertenece a la publicación de EAFIT, 1999