El Quincunce. La Herencia De John Huffan. Novela
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Características del producto
Características principales
Título del libro | El Quincunce. La herencia de John Huffan. Novela |
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Autor | Charles Palliser |
Idioma | Español |
Editorial del libro | Anaya & Mario Muchnik |
Edición del libro | 1995 |
Tapa del libro | Blanda |
Con índice | Sí |
Año de publicación | 1995 |
Otras características
Cantidad de páginas | 1197 |
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Altura | 23.5 cm |
Ancho | 15.5 cm |
Peso | 800 g |
Con páginas para colorear | No |
Con realidad aumentada | No |
Traductores | Andrea Morales Vidal |
Género del libro | Novela |
Subgéneros del libro | Palliser y la novela victoriana,Palliser literatura inglesa |
Tipo de narración | Novela |
Versión del libro | Impresa |
Tamaño del libro | Mediano |
Edad mínima recomendada | 10 años |
Edad máxima recomendada | 100 años |
Escrito en imprenta mayúscula | No |
Cantidad de libros por set | 1 |
ISBN | 8479793120 |
Descripción
En la gran tradición de Dickens, con el genio juguetón de la más intrincada y brillante trama policiaca, he aquí una novela inmensa cuyo planteamiento es a la vez un desafío para la inteligencia de lector y una puesta a prueba no sólo de su propio ingenio sino de su fuerza de voluntad: nadie, que se sepa, ha logrado interrumpir la lectura de este inaudito éxito internacional -cualquiera sea la lengua en que lo haya intentado. El Quincunce, de Charles Palliser, en sus 1200 páginas y sus cinco partes […], constituye un prodigioso tour-de Force- narrativo en el cual el autor, mediante el rigor de las matemáticas, los intríngulis del derecho inglés del siglo pasado y su asombroso conocimiento de la sociedad inglesa de entonces y de la naturaleza humana de siempre, invierte los términos de la clásica novela victoriana para dar cabida al universo sociético de hoy. En este vasto lienzo literario surgen, con insoportable vividez, las terribles realidades de una sociedad profundamente injusta -tanto en los albores de la revolución industrial, que es cuando tiene lugar la historia, como hoy día, que es cuando, irresistible, se ofrece a nuestra atónita lectura.
[La fascinación del relato]
Una de las cosas que me propuse hacer fue construir una narración que mantuviera el interés de los lectores. Lo hice porque me fascinaba la mecánica de la narración y me interesaba descubrir los términos prácticos de su funcionamiento: cómo se crea y mantiene el interés en “y después qué pasó”.
Parte del atractivo de la historia puede deberse a que utilice un gancho narrativo muy seductor: un niño rodeado de enemigos ocultos, enfrentado con una serie de misterios, que cuenta su historia en un momento impreciso del futuro. Y aunque no lo percibí hasta después de la publicación, la novela tiene la estructura sencilla, pero de alguna manera resonante del mito de la expulsión del Edén: el conocimiento del Infierno para finalmente recuperar algo similar al paraíso original que aparece entonces como un -Edén tras la caída.
En cuanto a la mecánica de la narración me parece haber hecho grandes descubrimientos acerca del interés del lector, y cómo crearlo y sostenerlo. Descubrí, por ejemplo, que conviene hacer una distinción entre narrativa y trama. La narrativa es meramente una secuencia de sucesos que ocurren en el tiempo presente de la novela. Si la narración consigue captar el interés de los lectores se pueden correr riesgos. Se pueden incluir elementos que muchos lectores no leerían normalmente. Y se puede obligar al lector a esperar la explicación de los enigmas. Pero aunque la narración puede mantener bien cierta forma de interés, creo que finalmente se vuelve tediosa. El problema de las novelas de aventuras o de las películas de acción es que son sólo narración.
La mayor parte de las novelas también tienen una trama. Puede variar en grado, de modo que algunas novelas son básicamente narrativa, y tienen poca trama, mientras que con otras ocurre lo opuesto. Por trama me refiero al proceso de desarrollo que habitualmente implica que los personajes descubran cosas, y también que el lector se vaya enterando de otras a medida que avanza la narración. La trama es reflexiva: hace que el texto se vuelva sobre sí mismo al requerir que el lector recuerde lo que ha ocurrido antes, con la consiguiente especulación sobre el texto que se está leyendo. De modo que seguimos leyendo no tanto porque queremos descubrir lo que ocurrirá a continuación, sino porque queremos saber lo que ya ha ocurrido, y darle coherencia.
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