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Descripción

NOMBRE COMPLETO
Estudios de psicología de la cultura II Sexo y cultura
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INFORMACIÓN ADICIONAL

- Estado: Nuevo
- Editorial: Distrididactika
- ISBN: 9999999999181
- Autor: Alfonso Álvarez Villar
- Año de edición: 1971
- Formato: Libro Impreso
- Idioma: Español
- Páginas: 540
- Peso: 990 gr
- Tamaño: 17 x 24.5

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DESCRIPCIÓN:

La magnífica acogida del primer volumen, especialmente fuera de España, ha servido para acelerar la aparición de esta nueva edición, algunos de cuyos temas habían sido ya preludiados en su antecesor. No se pretende, sin embargo, poner una pica en Flandes al subrayar, una vez más, las múltiples relaciones entre el sexo y la cultura. Ya los artistas de todas las épocas habían aprovechado esta vis creativa de la líbido. No es una coincidencia el que Segismundo Freud publicara diversas monografías sobre esta temática. Como colofón de su obra, la última carta del genial psiquiatra vienés va precisamente dirigida a un poeta, a manera de símbolo de lo que otro psicoanalista, Pfister, llamase Belleza y Verdad del psicoanálisis (Wartheit und Schönheit der Psychoanalisis).Pero la publicación de Sexo y Cultura se había presentado, ya desde la redacción del primer volumen, como una necesidad ineludible. Una necesidad no tanto barruntada intelectual como cordialmente. Porque contra los alaridos de los seudomoralistas, que se rasgan las vestiduras ante lo que ellos llaman erotización de la vida moderna, la realidad exhibe la faz inversa. He aquí una de las tesis más importantes de Sexo y Cultura.Fue Marcuse, junto con otros pioneros de la psicología de la cultura contemporánea, el que puso el dedo en la llaga al hablar de una desublimación represiva. Contra todos los paradigmas que pueda exhibir la conciencia timorata, resulta que hoy la sexualidad ha caído de lleno en el gran talego de la dialéctica de la producción-consumo. Nunca ha estado el hombre sometido a mayores represiones, a una tentativa más brutal de invadir su intimidad que en esta época gloriosa que ha tocado vivir, época en la que, al lado de una democracia puramente ilusoria, campea el más feroz de los totalitarismos. Una época en la que al hombre le ha tocado vivir el sueño de una marioneta que se sintiese libre. No se pretende, sin embargo, poner una pica en Flandes al subrayar, una vez más, las múltiples relaciones entre el sexo y la cultura. Ya los artistas de todas las épocas habían aprovechado esta vis creativa de la líbido. No es una coincidencia el que Segismundo Freud publicara diversas monografías sobre esta temática. Como colofón de su obra, la última carta del genial psiquiatra vienés va precisamente dirigida a un poeta, a manera de símbolo de lo que otro psicoanalista, Pfister, llamase Belleza y Verdad del psicoanálisis (Wartheit und Schönheit der Psychoanalisis).Pero la publicación de Sexo y Cultura se había presentado, ya desde la redacción del primer volumen, como una necesidad ineludible. Una necesidad no tanto barruntada intelectual como cordialmente. Porque contra los alaridos de los seudomoralistas, que se rasgan las vestiduras ante lo que ellos llaman erotización de la vida moderna, la realidad exhibe la faz inversa. He aquí una de las tesis más importantes de Sexo y Cultura.Fue Marcuse, junto con otros pioneros de la psicología de la cultura contemporánea, el que puso el dedo en la llaga al hablar de una desublimación represiva. Contra todos los paradigmas que pueda exhibir la conciencia timorata, resulta que hoy la sexualidad ha caído de lleno en el gran talego de la dialéctica de la producción-consumo. Nunca ha estado el hombre sometido a mayores represiones, a una tentativa más brutal de invadir su intimidad que en esta época gloriosa que ha tocado vivir, época en la que, al lado de una democracia puramente ilusoria, campea el más feroz de los totalitarismos. Una época en la que al hombre le ha tocado vivir el sueño de una marioneta que se sintiese libre. Pero la publicación de Sexo y Cultura se había presentado, ya desde la redacción del primer volumen, como una necesidad ineludible. Una necesidad no tanto barruntada intelectual como cordialmente. Porque contra los alaridos de los seudomoralistas, que se rasgan las vestiduras ante lo que ellos llaman erotización de la vida moderna, la realidad exhibe la faz inversa. He aquí una de las tesis más importantes de Sexo y Cultura.Fue Marcuse, junto con otros pioneros de la psicología de la cultura contemporánea, el que puso el dedo en la llaga al hablar de una desublimación represiva. Contra todos los paradigmas que pueda exhibir la conciencia timorata, resulta que hoy la sexualidad ha caído de lleno en el gran talego de la dialéctica de la producción-consumo. Nunca ha estado el hombre sometido a mayores represiones, a una tentativa más brutal de invadir su intimidad que en esta época gloriosa que ha tocado vivir, época en la que, al lado de una democracia puramente ilusoria, campea el más feroz de los totalitarismos. Una época en la que al hombre le ha tocado vivir el sueño de una marioneta que se sintiese libre. Fue Marcuse, junto con otros pioneros de la psicología de la cultura contemporánea, el que puso el dedo en la llaga al hablar de una desublimación represiva. Contra todos los paradigmas que pueda exhibir la conciencia timorata, resulta que hoy la sexualidad ha caído de lleno en el gran talego de la dialéctica de la producción-consumo. Nunca ha estado el hombre sometido a mayores represiones, a una tentativa más brutal de invadir su intimidad que en esta época gloriosa que ha tocado vivir, época en la que, al lado de una democracia puramente ilusoria, campea el más feroz de los totalitarismos. Una época en la que al hombre le ha tocado vivir el sueño de una marioneta que se sintiese libre.

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