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Descripción

NOMBRE COMPLETO
El rechazo de lo femenino La esfinge y su alma en pena
_____________________________________________________

INFORMACIÓN ADICIONAL

- Estado: Nuevo
- Editorial: Distrididactika
- ISBN: 9788470308796
- Autor: Jacqueline Schaeffer
- Año de edición: 2000
- Formato: Libro Impreso
- Idioma: Español
- Páginas: 269
- Peso: 350 gr
- Tamaño: 13.5 x 21

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DESCRIPCIÓN:

Freud designa "el rechazo de lo femenino" como una "roca", una parte del "enigma de la sexualidad". No siendo el enigma tanto el "del rechazo de lo femenino", como el de lo "femenino" sexual, genital y de su creación por el goce sexual. La nueva experiencia de la realidad de la diferencia de los sexos que es ese modo de penetración reelaborado que había iniciado el complejo de Edipo y sus identificaciones, la fantasía de la escena primitiva y el complejo de castración. Si ese femenino de ahí, abertura a cualquier precio a lo pulsional y a lo extraño, no es revelado, si es rechazado, el hombre permanece en posición fálica, la de una teoría sexual infantil de la fase edípica, la mujer con su envidia del pene y los dos en su frigidez.Lo mismo que la igualdad de los sexos debe reivindicarse en los terrenos social y económico, en tanto que la relación sexual no comience más que con el reconocimiento exaltado de los deseos de la diferencia de sexos, es pues el carácter a la vez efractivo y nutricio de la presión constante libidinal, cuando es llevada en el cuerpo de la mujer por la penetración del hombre, quien mantiene el deseo.El conflicto constitutivo de lo femenino se expresa así: el sexo de la mujer quiere ser efractado, exige grandes cantidades de libido, la destrucción y el masoquismo erótico, pero su yo odia todo esto.Es lo masculino del hombre el que crea lo femenino de la mujer arrancándole el goce sexual. Entonces se realiza una verdadera experiencia de diferenciación sexual y de introyección según la presión constante de la psicosexualidad.La nueva experiencia de la realidad de la diferencia de los sexos que es ese modo de penetración reelaborado que había iniciado el complejo de Edipo y sus identificaciones, la fantasía de la escena primitiva y el complejo de castración. Si ese femenino de ahí, abertura a cualquier precio a lo pulsional y a lo extraño, no es revelado, si es rechazado, el hombre permanece en posición fálica, la de una teoría sexual infantil de la fase edípica, la mujer con su envidia del pene y los dos en su frigidez.Lo mismo que la igualdad de los sexos debe reivindicarse en los terrenos social y económico, en tanto que la relación sexual no comience más que con el reconocimiento exaltado de los deseos de la diferencia de sexos, es pues el carácter a la vez efractivo y nutricio de la presión constante libidinal, cuando es llevada en el cuerpo de la mujer por la penetración del hombre, quien mantiene el deseo.El conflicto constitutivo de lo femenino se expresa así: el sexo de la mujer quiere ser efractado, exige grandes cantidades de libido, la destrucción y el masoquismo erótico, pero su yo odia todo esto.Es lo masculino del hombre el que crea lo femenino de la mujer arrancándole el goce sexual. Entonces se realiza una verdadera experiencia de diferenciación sexual y de introyección según la presión constante de la psicosexualidad.Lo mismo que la igualdad de los sexos debe reivindicarse en los terrenos social y económico, en tanto que la relación sexual no comience más que con el reconocimiento exaltado de los deseos de la diferencia de sexos, es pues el carácter a la vez efractivo y nutricio de la presión constante libidinal, cuando es llevada en el cuerpo de la mujer por la penetración del hombre, quien mantiene el deseo.El conflicto constitutivo de lo femenino se expresa así: el sexo de la mujer quiere ser efractado, exige grandes cantidades de libido, la destrucción y el masoquismo erótico, pero su yo odia todo esto.Es lo masculino del hombre el que crea lo femenino de la mujer arrancándole el goce sexual. Entonces se realiza una verdadera experiencia de diferenciación sexual y de introyección según la presión constante de la psicosexualidad.El conflicto constitutivo de lo femenino se expresa así: el sexo de la mujer quiere ser efractado, exige grandes cantidades de libido, la destrucción y el masoquismo erótico, pero su yo odia todo esto.Es lo masculino del hombre el que crea lo femenino de la mujer arrancándole el goce sexual. Entonces se realiza una verdadera experiencia de diferenciación sexual y de introyección según la presión constante de la psicosexualidad.Es lo masculino del hombre el que crea lo femenino de la mujer arrancándole el goce sexual. Entonces se realiza una verdadera experiencia de diferenciación sexual y de introyección según la presión constante de la psicosexualidad.

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